24 nov 2011

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Desde aquí puedo oler el humo de todas esas fábricas de historias, y la nuestra está en quiebra. Hace días que los besos han salido por la puerta con sus maletas en la mano, las miradas se han cansado de ser observadas, y las palabras opinan que abusamos demasiado de ellas, tanto que ahora olvidan la veracidad en casa. Que hace días que ya no siento las agujetas en las mejillas, ni las mismas  ganas de estar contigo de todas las mañanas, ya que tarde o temprano se acaba derrumbando todo. Que sigues siendo mi último pensamiento cada vez que cierro los ojos, pero esta vez mucho más doloroso. Y me estoy llevando a mí misma por el camino equivocado, estoy muriendo en vida,  que si la esperanza es lo último que se pierde, yo ya ni me imagino donde me encuentro, y todo por poder verte y encontrar en ti fuerzas para seguir. Puede que dentro de algunos días esto parezca arreglado, pero cuando las grietas no se tapan bien, son como las heridas, se vuelven a abrir. Y nosotros somos los de "soluciones rápidas para problemas difíciles", pero hoy nada va a levantarme el ánimo, solo tú. El que decía que no había ningún obstáculo que nos impida querernos, el de todo va a ir bien, el de no me faltes nunca. Pero no soy yo la que se ha ido. Incluso cuando te hablo lo noto, cada letra se clava en mi pecho  como una lanza. "Nunca me iré de tu vida" me dijiste la semana pasada, pero yo pienso que siempre y nunca demuestran demasiado tiempo. Y daría lo que fuera por los dos. Así que si me permites, quiero pedirte una cosa: quédate, aquí, conmigo.

3 comentarios:

  1. Es una entrada preciosa, y ahora que tengo un ratito para pasarme por blogger, entre exámenes presentaciones orales, y demás; me leeré algunas de tus entradas :) Un saludo!

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  2. ¡Vaya! Cuando comencé a seguirte te dije que hacías magia con las manos y ahora, al leer este texto, me reitero en lo dicho.
    Las primeras frases me han dejado sin palabras y cada frase me enamoraba más.
    A pesar de vivir en una relación inestable, en los que unos días abundan los "te quiero" y al siguiente los "te odio" se necesitan mutuamente, y me encanta la forma en la que lo has ido describiendo.
    Eres una escritora fantástica. Un saludo enorme

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