23 sept 2012

Ya no sé si invierno o infierno

Ha regresado el frío, ¿sabes? Aunque yo no lo he notado, quizás gracias a la costumbre, quizás gracias a tu ausencia. Ha regresado el viento, y me ha devuelto trozos de ti, de nosotros. De un bonito otoño que me regalaste y que ahora yace en el olvido -realmente para mí está tan presente como siempre-.  Ha sido duro no poder recibirlo como se merece. Puede que la lluvia esperase encontrarse conmigo y no con un cuerpo inerte y sin rumbo, pero algo me apagó hace unos meses. He intentado recomponerme lo más fuerte que pude, pero mis fuerzas no dan más de sí. Los daños y las heridas me han cambiado. Tanto sangrar por los dos me ha roto, no sé si en dos, tres, cien o mil pedazos. Ha regresado el hielo, y junto a él tus miradas. Hace días que te has escapado, que me has arrojado al lugar donde me encontraste, lejos de ti. Pero a pesar del tiempo, continúo echándote de menos, no habías dolido jamás de esta manera. Te has ido rápido, pero no te preocupes, no te etiqueto de cobarde. Tal vez tengas razón en dejarme atrás. Pero nada ha cicatrizado, nada. Te he buscado en las palabras de odio, en los charcos, en las aceras y en las farolas, pero tan solo he hallado oscuridad.
Ha regresado el frío y tú no estás -o al menos, no conmigo-. Ha traído las tardes de besos y café, la chaqueta que yo siempre olvidaba y tú me prestabas, el camino hasta mi casa bajo el paraguas, los abrazos que calmaban los escalofríos. A medida que avanzan los meses, las esperanzas se esfuman, y ya no espero que vuelvas aunque lo necesite a morir.



P.D.: ¿Dónde estás?


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