2 mar 2011

Coge el móvil.
No. Basta. No lo vas a llamar. No tiene sentido. ¿Pero qué tiene sentido ahora? Joder, joder, joder. Me duele la cabeza. Tengo los ojos rojos. ¿Qué narices pretendes? Nada, en realidad no necesito nada. Solo una gran tableta de chocolate con leche. No se lo diré a nadie.  Un poco de dulce no hace mal. Ahora lo que deseo es irme, evadirme, largarme. Cualquier cosa relacionada con desaparecer. Coger la maldita mochila y salir por la puerta. Pero no tengo esa fuerza de voluntad. Y sé que jamás la tendré.

Necesito gritar. Liberar toda esta rabia. Me muerdo un labio, tan fuerte que me hago daño. Pero eso no me sirve de nada. Nadie entendería lo que se siente. Todo el mundo dice “qué rara eres, a mí nunca me pasó tal cosa”. Ah claro, pero es que tú y todos sois perfectos. 

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